El futuro del dinero digital: CBDC, stablecoins y nuevas leyes en EE.UU.
En las últimas semanas hemos visto cómo en Estados Unidos se aprobó una serie de leyes que revolucionan el panorama del dinero digital. Por un lado está la ley “Anti‑CBDC Surveillance State Act” (que prohíbe al sistema de la Reserva Federal emitir una criptomoneda propia), por otro la “GENIUS Act” (que regula las stablecoins privadas) y la “CLARITY Act” (que define reglas claras para otros criptoactivos). ¡Vaya combinación! Este «crypto week» ha desatado especulaciones de todo tipo en redes sociales. ¿Estamos ante un complot global o simplemente avances regulatorios? En este artículo desglosare qué dicen estas leyes, qué hay de cierto en los rumores y cómo encaja todo esto en el nuevo mundo del dinero digital.
Tabla de Contenido
- El futuro del dinero digital: CBDC, stablecoins y nuevas leyes en EE.UU.
- La Reserva Federal de EE.UU.: ¿pública, privada o conspirativa?
- ¿Qué es una CBDC y qué es una stablecoin?
- Las tres leyes “crypto” de EE.UU. en 2025
- Anti‑CBDC Act: blindaje contra monedas digitales oficiales
- GENIUS Act: reglas para stablecoins respaldadas
- CLARITY Act: reglas de mercado cripto
- Stablecoins existentes: ¿tan fáciles de rastrear como dicen?
- Coinbase, Circle serán el “Fed del blockchain” ?
- Una nueva economía mundial o teoría conspirativa
- ¿Y qué pensaría Satoshi Nakamoto de todo esto?
La Reserva Federal de EE.UU.: ¿pública, privada o conspirativa?
Primero lo primero: la Reserva Federal es el banco central de EE.UU. desde 1913, creado tras el Pánico Financiero de 1907. Para entonces, banqueros como J.P. Morgan habían tenido que organizar rescates de emergencia y eso convenció al Congreso de aprobar el Federal Reserve Act. En palabras de un artículo de Investopedia: “El hecho de que el gobierno debiera su supervivencia económica a un banquero privado forzó la legislación para crear un banco central y la Reserva Federal”. La Fed tiene un diseño mixto: aunque 12 bancos regionales son propiedad de bancos comerciales miembros, su Junta de Gobernadores es nombrada por el gobierno. En otras palabras, no es una empresa privada al estilo JP Morgan, sino un ente público–privado con mandato de política monetaria. Su objetivo oficial es “maximizar el empleo y mantener baja la inflación”, y para ello controla la oferta de dinero (sea con billetes o préstamos bancarios). Hoy la Fed actúa con cierta independencia del Ejecutivo, pero no es un negocio. De hecho, existe incluso una Oficina de la Reserva Federal de Nueva York que escribe sobre sus funciones públicas. En resumen: la Fed es el banco central de EE.UU., no una sucursal privada de Wall Street, aunque debido a su singular creación asi lo parezca. Su creación fue promovida por banqueros después de 1907, pero hoy cumple funciones más cercanas a un organismo gubernamental que a una empresa privada. Este matiz es importante antes de seguir y tomar en cuenta.
¿Qué es una CBDC y qué es una stablecoin?
Es frecuente confundir las cosas. Una CBDC (Moneda Digital de Banco Central) sería básicamente una versión electrónica del dinero oficial, emitida por la autoridad monetaria (por ejemplo, la Fed emitiría “dólares digitales”). En cambio, las stablecoins son criptomonedas privadas cuyo valor se liga (peg) a una divisa o activo estable, normalmente el dólar. Los ejemplos más conocidos son USDC, USDT (Tether) y DAI. Estas son monedas digitales emitidas por empresas privadas reguladas, y aseguran que cada token vale un dólar, gracias a reservas de efectivo o activos líquidos. Por ejemplo, el emisor de USDC, Circle, asegura que todas sus monedas están “100% respaldadas por efectivo y activos equivalentes en dólares” (bonos del Tesoro, etc.). Tether también informa de tener en reservas más de 120.000 millones de dólares en Tesorería de EE.UU. ¿Por qué todo esto importa? Porque las stablecoins ya son muy populares: el mercado global de stablecoins supera los 260.000 millones de dólares. Se usan para pagos rápidos, para mover dinero entre bolsas de criptos, o incluso como un refugio ante la inestabilidad monetaria. Ya existen muchas stablecoins privadas ampliamente usadas, soportadas en contratos de blockchain que, a diferencia del dinero en efectivo, registran cada transacción públicamente.
En teoría, una CBDC permitiría al banco central ofrecer dinero digital oficial con cierta facilidad de rastreo y control (por diseño). Sin embargo, como veremos, los legisladores en EE.UU. prefieren aprovechar las ventajas de las stablecoins privadas antes que “inventar” sus propias monedas digitales, lo cual ha alimentado los debates recientes.
Las tres leyes “crypto” de EE.UU. en 2025
En julio de 2025 el Congreso de EE.UU. aprobó (en la Cámara de Representantes) tres proyectos de ley relacionados con cripto, durante lo que llamaron la “Crypto Week”
Anti‑CBDC Surveillance State Act (Ley Anti‑CBDC): Prohíbe a la Reserva Federal emitir una CBDC al público y le impide ofrecer cuentas directas a individuos. En otras palabras, bloquea cualquier CBDC “minorista”.
GENIUS Act (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins): Crea el primer marco regulatorio claro para las stablecoins de tipo dólar. Establece que las stablecoins respaldadas por el dólar deben tener reservas líquidas 1:1 y someterse a auditorías, entre otras reglas financieras.
Clarity Act (Digital Asset Market Clarity Act): Define reglas de mercado para otros criptoactivos (por ejemplo, distingue cuándo un token es commodity o security). El nombre oficial aún es “Digital Asset Market Clarity Act”.
Al momento de la publicación de esta entrada, estos tres proyectos fueron enviados luego al Senado o están en espera de la firma presidencial. Por ejemplo, la GENIUS Act ya pasó también por el Senado (donde era respaldada por figuras como los Senadores Hagerty y Lummis) y está lista para llegar al escritorio del Presidente. El presidente Trump celebró su aprobación y prometió firmarla, diciendo que convertirá a EE.UU. en “líder de los activos digitales”. La ley Anti‑CBDC, aunque polémica, fue aprobada por solo un estrecho margen (219 a 210), al aliarse con exigencias de los conservadores de incluir la prohibición de CBDC. La Clarity Act fue aprobada más holgadamente, pues se enfocaba en clarificar mercados cripto sin atacar directamente a ningún grupo poderoso.
Anti‑CBDC Act: blindaje contra monedas digitales oficiales
La Anti‑CBDC Act está diseñada para impedir que la Fed emita un CBDC.
Literalmente, añade a la Ley de la Reserva Federal prohibiciones que dicen que ningún banco de reserva puede ofrecer cuentas o monedas digitales directamente al público. También prohíbe que la Fed use cualquier CBDC para política monetaria. La idea oficial es salvaguardar la privacidad: los patrocinadores republicanos dicen que “protege la privacidad de los estadounidenses” al rechazar la CBDC. En la práctica, esta ley asegura que por ahora los bancos centrales no tendrán un “control directo” sobre tu billetera digital. No obstante, en la práctica el gobierno ya podría rastrear mucho a través de las stablecoins privadas o del sistema bancario tradicional, así que el efecto real es debatible. Lo cierto es que el Congreso ha dejado claro que no quiere un dólar digital oficial de libre circulación.
GENIUS Act: reglas para stablecoins respaldadas
La GENIUS Act crea un entorno normativo para las stablecoins privadas. Entre sus puntos clave está que todas las stablecoins que quieran ser “compatibles con el dólar” deben estar respaldadas 1:1 por reservas líquidas (efectivo o bonos del Tesoro de corto plazo). Esto ya se hacía informalmente (Circle y Tether mantenían estos activos de reserva pero ahora será ley. Además, exige auditorías periódicas de las reservas y coloca la supervisión en manos de varias agencias (Reserva Federal en temas macro, FFIEC en integridad del sistema, y la CFTC/SEC según categoría del token). En resumen, la GENIUS Act facilita la emisión de stablecoins bajo reglas claras. Destina competencias regulatorias específicas e incentiva a que grandes empresas (bancos, fintechs, hasta retail como Amazon o Walmart) desarrollen sus propios stablecoins de uso general. De hecho, la prensa reporta que cadenas como Walmart y Amazon ya consideran lanzar stablecoins propias para reducir costos de transacción. Con la GENIUS Act aprobada, EE.UU. quiere posicionarse como líder en finanzas digitales mundiales, fortaleciendo el dólar en el espacio cripto. Un efecto colateral interesante: al obligar a los emisores a comprar bonos del Tesoro de EE.UU. como reserva, las stablecoins podrían convertirse en grandes compradoras de deuda pública. Ya antes se había estimado que un repunte de USDC obligaría a Circle a adquirir montos proporcionales de T-bills. Algunos analistas de la GENIUS Act advierten que esto ata todavía más la economía a la deuda del gobierno: en caso de emergencia, el Secretario del Tesoro podría “saltarse” las reglas y conceder excepciones, generando un posible conflicto de interés (porque el Tesoro podría ver a las stablecoins como un gran comprador de sus bonos). En cualquier caso, la GENIUS Act ya está encaminada a convertirse en ley. Fue aprobada en ambas cámaras y, por ahora, reduce el margen de maniobra de la Fed tradicional a cambio de un peso mayor del Tesoro en el ecosistema cripto.
CLARITY Act: reglas de mercado cripto
La CLARITY Act (Digital Asset Market Clarity Act) es un proyecto más amplio sobre el mercado de criptoactivos en general, y no se limita a stablecoins. Su objetivo es poner orden sobre cuándo un token es una mercancía (commodity) o un valor financiero (security). Básicamente, le da a la CFTC (Commodities Futures Trading Commission) la responsabilidad principal de regular las criptomonedas que “confían en una blockchain descentralizada” (como Bitcoin o Ethereum), y define que otros tokens (los no descentralizados) serán supervisados según caigan en categorías ya establecidas por la SEC u otros entes. La idea es eliminar incertidumbres legales que frenaban inversiones y aclarar roles regulatorios. Por ejemplo, el resumen de la ley señala que los intercambios de “commodities digitales” deberán registrarse, reportar transacciones, aplicar medidas AML/KYC, etc. También permite que, si un blockchain madura (por su tamaño y descentralización), ciertos tokens en él evadan requisitos de registro SEC (lo que beneficiaría a redes como Bitcoin o Ethereum). En la práctica, la Clarity Act no introduce un nuevo invento monetario, sino que regula el mercado. Su aprobación significaría que habrá reglas claras para las bolsas de cripto, brokers y desarrolladores. Al igual que con la GENIUS Act, el énfasis es fomentar la innovación norteamericana en cripto mientras se protege a consumidores e inversores. Hasta ahora, Washington ve esto como dar seguridad jurídica al sector, no como un fin en sí mismo.
Stablecoins existentes: ¿tan fáciles de rastrear como dicen?
Uno de los rumores en redes es que las stablecoins privadas ya contienen “toda la información que el gobierno desearía” (seguimiento de gastos, puntajes sociales, bloqueos de fondos, etc.). Esto mezcla cosas ciertas con exageraciones. Es cierto que las transacciones en blockchain son públicas y trazables: cada movimiento de USDC, USDT o DAI queda registrado en la cadena correspondiente. Cualquiera puede, en teoría, seguir a dónde va cada token. También es cierto que los emisores de stablecoins necesitan realizar auditorías y a veces comparten datos con reguladores, pero no tienen poderes intrínsecos de espionaje. Por ejemplo, USDC está emitido por Circle y Paxos, y cada moneda está respaldada por una unidad de dólar (o equivalente) custodiada. Eso significa que si tú tienes 100 USDC, Circle asegura que tiene 100 dólares en reserva. Pero Circle no sabe a quién le vendiste esos USDC a menos que se lo digas (porque las transferencias en blockchain son pseudoanónimas). Lo que sí hacen los reguladores es exigir reportes de grandes transacciones o investigaciones en casos de fraude, como hacen con cualquier banco o bolsa. En resumen, no es exacto decir que el gobierno “puede ver todo lo que compras con USDC”. Lo que hay es el potencial de monitoreo, como el que ya aplica en cripto: por ejemplo, exchanges grandes reportan información (shady bots). Pero ni USDC ni USDT tienen incorporados “poderes secretos de bloqueo” más allá de las reglas contractuales normales (un emisor podría congelar tokens solo si así lo permite su contrato, como pasó con Tether y algunos vínculos con delitos financieros). En todo caso, la nueva legislación sí refuerza la supervisión: las stablecoins autorizadas tendrán reguladores institucionales encima, así que el uso global de estas monedas estará más bajo lupa oficial que nunca.
Coinbase, Circle serán el “Fed del blockchain” ?
En todo este contexto aparecen gigantes como Coinbase y Circle. Coinbase (la plataforma de exchange) salió a bolsa en 2021 (ticker: COIN) y es hoy uno de los accesos más grandes al mundo cripto. Circle, por su parte, es la empresa detrás de la stablecoin USDC, y también cotiza en bolsa (ticker CRCL) tras un SPAC en 2021. Aunque no son la “Fed del blockchain” literalmente, ambas se preparan para un papel clave. Con las nuevas leyes, los entes reguladores quieren que estas empresas operen conforme a estándares bancarios. Por ejemplo, Circle ya está comprando grandes volúmenes de bonos del Tesoro para sus reservas. Bajo la GENIUS Act, cualquier emisor de stablecoin similar deberá hacer lo mismo: mantener un “colchón” 100% líquido en dólares. Esto significa que Circle y otros pueden verse como compradores masivos de deuda pública (lo cual ya ocurría en la práctica). Si el mercado de stablecoins crece, ellos se convierten en actores globales para mover liquidez. Coinbase, por su parte, ofrece acceso masivo. Imaginemos: millones de personas ya usan Coinbase para comprar Bitcoin o Ethereum; si la regulación se centra en USD-coins, Coinbase podría ser el canal para distribuir esos nuevos “dólares digitales privados”. Aunque la Fed no emita directamente monedas digitales, Coinbase podría facilitar el uso global de las stablecoins en dólares respaldadas por EE.UU. de modo parecido al papel tradicional de un banco. De hecho, la prensa dice que grandes bancos (JPMorgan, Citi, etc.) preguntan cómo usar stablecoins en sus sistemas. Todo apunta a que el ecosistema cripto se ha integrado cada vez más con la economía tradicional norteamericana, con la infraestructura de Coinbase/Circle como puente. Por supuesto, esto no significa que el gobierno “no participe”. Las leyes obligan a poner reguladores (Reserva Federal, Tesoro, SEC, CFTC, FDIC, etc.) en el tablero. Es más bien una forma “indirecta” de promover dólares digitales: no imprimiendo más billetes físicos, sino creando tokens digitales con anclaje 1:1 y control regulatorio. Como señala un experto, esto reduce la influencia de la Fed sobre la política monetaria (ya que el dinero en stablecoins no está “en” la banca tradicional), desplazando cierto poder al Tesoro. En todo caso, la idea de que Coinbase vaya a funcionar “como una Fed” es una metáfora: sería más bien un banco comercial gigante en la era cripto, distribuido globalmente.
Una nueva economía mundial o teoría conspirativa
Con tantas noticias, es fácil caer en la idea de un gran complot global: “un nuevo orden económico justo ante nuestros ojos”, dicen algunos. Por ejemplo, circula que todo fue planeado para que el gobierno controle a los usuarios a través de blockchains tokenizadas. Sin embargo, la realidad suele ser más prosaica y menos coordinada. Lo que ocurre es que EE.UU. está avanzando rápido en regulación de cripto mientras otros países (como en Europa) aún discuten sus propias CBDC. En Europa, la digital euro es todavía solo un proyecto en fase de consultas y pruebas. El Banco Central Europeo (BCE) ha realizado encuestas y grupos de opinión para diseñar el euro digital pensando en la aceptación pública. Curiosamente, los europeos están enfocando en la privacidad y facilidad: por ejemplo, estudios de la ECB muestran que los ciudadanos consideran la privacidad como la característica más importante de un euro digital. Esto contrasta con los temores de vigilancia. El BCE quiere asegurarse de que cualquier CBDC sea tan “cómodo como el dinero en efectivo”, no algo que la gente odie usar. En EE.UU., en cambio, las discusiones internas han ocurrido pero al final el mensaje (al menos del lado republicano) fue: “impulsemos las stablecoins privadas, y prohibamos las CBDC”. Quizás porque las stablecoins (USDC, USDT, etc.) ya funcionan muy bien y tienen regulación de facto. O quizás porque los legisladores ven oportunidades económicas (bajos costos de pago, demanda de sus T-bills, papel internacional del dólar) en este enfoque. ¿Cómo se traduce esto para el ciudadano común? Bueno, hoy un usuario puede comprar USDC en un exchange y enviarlo a cualquier parte del mundo en segundos. Si las leyes avanzan, quizás en el futuro esos USDC serán incluso más seguros o ganarán funcionalidades (como acceso directo a mercados de valores digitales). Por otro lado, el gobierno tendrá más datos agregados: todas las grandes transacciones deberán reportarse, los tokens serán auditables, y podría congelar cuentas bancarias si hay órdenes legales (lo mismo que hoy hace en el sistema bancario tradicional). Pero esto se hace con o sin stablecoins: los bancos ya comparten info con el gobierno cuando hay sospechas de crimen financiero. Sobre todo, no hay “chip ni aplicación mágica” que deba instalar cada usuario para que controlen su dinero. Sí existe la tecnología para eso, es cierto (un CBDC podría diseñarse así, pero no la han lanzado). Por ahora, lo concreto es que las instituciones tradicionales del sistema monetario están reconociendo oficialmente el papel de las criptomonedas basadas en dólares, e imponiendo reglas para vigilarlas. Esto puede sonar a gran cambio, pero en líneas generales es parte del proceso de incorporar las criptos en el “mundo real”.
¿Y qué pensaría Satoshi Nakamoto de todo esto?
Satoshi Nakamoto creó Bitcoin para evitar la dependencia de los bancos centrales y la censura financiera. Probablemente vería con escepticismo esta alianza de stablecoins-reguladores: después de todo, si cada token está respaldado por deuda gubernamental, no es tan “descentralizado” ni anónimo como Bitcoin. En un tuit (o foro) imaginario, tal vez comentaría: “Interesante experimento, pero sigamos vigilantes”. En todo caso, una cosa es cierta: la tecnología blockchain avanza rápido y cambia la forma de mover dinero. Las leyendas conspirativas toman esta velocidad como “prueba” de planes ocultos, pero lo cierto es que tanto funcionarios como empresas están aprendiendo sobre la marcha. Al final, sea con stablecoins privadas o futuros CBDCs oficiales, lo que buscamos muchos es facilidad, seguridad y privacidad razonable. Estaremos atentos a lo que venga, siempre con sano escepticismo y verificando los hechos. Como decía la sabiduría cripto, “mantente informado y no creas nada a menos que lo verifiques”. Fuentes: Información tomada de pronunciamientos oficiales del Congreso de EE.UU.